"Hay tantos residuos de plástico en el mundo que podrían cubrir un país como Argentina", advirtió un grupo científicos sobre la contaminación que acecha a todo el mundo. La difícil degradación del plástico plantea desafíos ecológicos en todo el planeta. Aunque su impacto medioambiental ha obligado a todos los países a buscar alternativas para aumentar el reciclaje y reducir los residuos, todavía falta mucho para poder prescindir de él completamente.
Distintas iniciativas gubernamentales y privadas decidieron encarar diferentes alternativas para mitigar su impacto en el planeta. Por caso, en nuestro país, desde 2016, un grupo de diseñadores industriales y entusiastas de la sustentabilidad independientes crearon Brotes, una asociación civil que impulsó diferentes acciones, denominadas Mutan, Petit, Compostate Bien, Plasticando y Estación Compost, con el desafío de encontrar soluciones originales al problema de los residuos plásticos y que se traduzcan en materiales post-consumo.
Brotes fue el punto de encuentro, un espacio de reflexión e innovación, abocado a construir soluciones sistémicas y circulares a problemáticas socioambientales puntuales. La Asociación se define en una idea-fuerza: ‘Potenciamos Productos Sustentables, ofrecemos Servicios con Impacto y practicamos la Cultura Abierta’.
Una de las iniciativas está en la recolección de tapitas de envases, que evita que este plástico post-consumo termine enterrado o en el mar. En el caso de Mutan, las clasifican, lavan y trituran para su reutilización, transformándolas en nueva materia prima. A partir de allí, diseñan y fabrican nuevos productos, utilizando la tecnología para transformar los plásticos. Así, las tapitas recicladas vuelven a las empresas u hogares en forma de nuevos objetos de diseño. Al día de hoy, la iniciativa recicló 2.560.000 tapitas, recuperó 6400kg de plástico y ahorró 12.800.000 litros de agua
La firma fue reconocida en 2016, con el primer Premio ECO Puro Diseño, la feria que se organizó en Buenos Aires; fue finalista en 2015 y 2016 de INNOVAR – Programa Nacional de Divulgación de la Ciencia y la Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina. Antes, en 2013 había sido finalista Exposición y Concurso en la Feria de Diseño y Desarrollo Social NY-Bs. As. organizado por la Embajada Argentina en Nueva York, entre otros reconocimientos.
En 2019, confeccionaron 50 lámparas, el equivalente a 75kg de plástico, 160 cestos de 80L, igual a 960kg de plástico; 5.000 medallas y llaveros, que salieron de 250 kg de plástico; 220 banquitos TRI obtenidos a partir de 660 kg de plástico entre otros productos. Reciclaron 936.000 tapitas, es decir 2317,4 kg de plástico.
Además, la asociación se dedicó a crear conciencia y contagiar su idea y desarrollo. Para ello, dictó 31 talleres sobre reciclado, compostaje y sustentabilidad, 30 charlas de sustentabilidad y diseño a jóvenes, docentes y empresas, encuentros que contaron con la participación cercana a 2.000 jóvenes y adultos. Sus integrantes crearon talleres lúdicos y experimentales que acercaron a públicos variados. En jardines de infantes, merenderos, hogares, y ludotecas, hasta empresas y ferias multitudinarias, visibilizaron los procesos de reutilización de plásticos. Desarrollaron talleres interactivos y experimentales, denominado “Fabricando en vivo”, acercando la alquimia del reciclado de plástico post-consumo, donde se mostró en directo el proceso que transforma plástico reciclado triturado en nuevos objetos.
PETIT: EL DESAFÍO DE EMPRENDER
Emprender tiene sus dificultades, y mucho más en una industria como la del reciclado, donde hay tanto para hacer. Pero, además, a nivel global, el 70% de los emprendimientos fracasa en los primeros tres años de vida, muchas veces porque no llegan a generar el dinero suficiente para poder desarrollar bien su producto o servicio y, por ende, no llegan a sus objetivos de venta.
Es en esos primeros años en los que muchos emprendedores se esfuerzan por aplicar a diferentes becas o ayudas económicas para poder así darle envión al proyecto y asegurarse de tener una base más sólida para empezar, poder destacarse entre otras marcas y tener presupuesto para comunicar y mostrarse en el mercado. Uno de estos casos es el de PETIT, que desarrolló una increíble máquina que facilita el reciclado del plástico.
PETIT es una máquina que tritura el PET (plástico usado en envases de bebidas) y lo transforma en material. El procedimiento es simple: hay que introducir la botella (no es necesario sacar ni la tapita ni la etiqueta) y la máquina se encarga de triturarla. Las aproximadamente 150 botellas por año (que ocupan 10 bolsas de consorcio) el consumo promedio de un argentino, la máquina las tritura y las transforma en un cubo de 12 x 12 x 12 cm. El negocio de la marca es la venta y alquiler de máquinas a empresas y organismos. La máquina puede almacenar hasta 2000 botellas trituradas, luego de lo cual hay que cambiar el contenedor y continúa con un nuevo proceso.
Cuando estaban cursando la carrera de Diseño Industrial en la UBA, Sergio Fasani y un grupo de amigos notaron que había un problema en torno al reciclado de las botellas de plástico y decidieron enfrentarlo. Los recuperadores de residuos no se las llevaban porque ocupaban muchísimo espacio y, con relación a lo que les pagaban, era conveniente llevar cartones. Desarrollaron PETIT pero, por diversas cuestiones, abandonaron el proyecto. Tiempo después, Sergio se unió al equipo de Brotes (conformado por Luciano Bochicchio, Pepo Zamora, Candela Aris, Verónica del Carril y Fernando Valenzuela) y explotaron la idea original.
Para el arranque, contaron con un subsidio del Ministerio de Educación para crear el primer prototipo y ganaron el premio INNOVAR en 2014, que les dio otra inyección económica, lo que les permitió avanzar. Sin embargo, a PETIT le faltaba algo: un sensor que pudiera detectar qué tipo de plástico ingresa, porque es fundamental que las distintas variedades no se mezclen. Para conseguir apoyo y desarrollar este sensor, se presentaron en el concurso "Emprender el cambio", una iniciativa de Emprendedores de Vicente López y la Secretaría de Desarrollo Social del municipio, en la cual se busca la innovación en proyectos vinculados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU. Allí ganaron el primer premio, que consta de $200.000 de fondo semilla no reembolsable, una beca NAVES del IAE para 2020 y un espacio de coworking gratuito por 3 meses.
Compostate Bien, en su iniciativa de comunicación, refuerza la idea que más del 50% de los residuos diarios son compostables. ‘Sin embargo, por falta de información creemos que reciclar implica mucho esfuerzo’ aseguran. Compostate Bien construye composteras hogareñas para que cualquiera pueda empezar reducir sus residuos orgánicos. Con muy poco y la ayuda de las lombrices, los residuos pueden transformarse en compost, un fertilizante natural para las plantas, los huertos o para mejorar la tierra.
Por su parte, Plasticando es un taller recreativo y experimental para el reciclaje de plástico post-consumo. Cualquiera puede unirse a los mismos o llamar para ser anfitrión de un taller en la oficina o institución académica.
Si bien la humanidad aún debe encontrar el modo de solucionar de la mejor manera qué hacer con sus desperdicios, iniciativas como éstas, son una pequeña ventana por la que se cuela una brisa de esperanza que hay muchos que ya idearon cómo ser parte de la solución de un gravísimo problema.
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