Esta entrada forma parte de la alianza de Coolhuntermx y el Programa de residencias de la Plataforma Activa de Diseño (PAD) de la jefatura de Diseño del Gobierno de Jalisco y tiene la finalidad de conocer más al respecto del trabajo de lxs diseñadores seleccionadxs para esta iniciativa.
Encuentro en el plástico una cualidad arqueológica que lo dota de cierta espiritualidad. Ya de por sí el material es ancestral pues proviene en parte de los restos orgánicos de antiguos habitantes de la Tierra.
En el antropoceno es muy importante exhumar estos restos para invocar al plástico, para mover al mundo, para llevar el bien de consumo a las manos de cada quien. Desde que sale de su cripta el hidrocarburo se transforma y toma cuerpo según los propósitos más caprichosos que los humanos podamos darle, pero sin duda no hay mayor capricho que el de invocar algo para obsolecer al poco tiempo.
Es por eso que creo que el plástico merece más y que la etiqueta “desechable” es una idea nociva que me cuesta mucho arrancar de mi mente. En este proyecto he aprendido a querer al plástico, lavarlo y repararlo; buscarle otro propósito que no sea yacer por ahí. Dedico mi tiempo para corregir con esmero y convertirlo en algo nuevo, de nuevo y de nuevo.
Encontrarme con estos materiales desde una perspectiva artística fue fácil, porque estos argumentos a un nivel íntimo o personal encuentran una demostración inmediata. Pero insertar estos valores en una escala comunitaria, o de valor de consumo, es una tarea más complicada.
En el trabajo de diseñador los procesos creativos se ven continuamente recortados por presiones del cliente o de la eficiencia misma del proyecto, lo que no permite una integración de procesos experimentales.
Cuando me “independicé” en la chamba, la escala de mi trabajo disminuyó notablemente, contrario a mis expectativas, pero bueno, ya saben: Nuevas políticas, virus invasores, nuevas presiones… Pero la pequeña escala es mejor para experimentar y buscar nuevas formas de hacer las cosas, permite que un equipo se involucre plenamente, permite medir los resultados, permite maniobrar, tomar decisiones descabelladas y arrepentirse, permite corregir y ajustar. Aunque intento solo introducir un factor experimental por proyecto. ¿O no?
Este camino me puso a analizar distintas fuentes de desecho para plantear la viabilidad y la posibilidad de estandarizar la producción de un material upcycled a base de desecho plástico. Por afinidades personales y para poder abordar la problemática en una escala más manejable Cihuatlán, Jalisco fue el punto de partida para la investigación. Primero busqué elementos inflables, como flotis, pelotas, donas, pero solo salen en temporada vacacional. Al poco tiempo pude encontrar otros desechos más evidentes, más presentes
En el platanar usan un plástico azul de polipropileno para proteger los racimos de plátano en el campo; es un desecho en constante producción que tenía salida hasta que cerraron la planta de reciclaje y cada cosecha se junta más. Aquí podía encontrar una fuente estable de desechos para poder comenzar un proceso de diseño.
Aunado a eso he estado encontrando fuentes de desecho urbano como bolsas de basura negras, bolsas de vivero, bolsitas de super y tiendita que se agregan al repertorio de materiales que he estado tratando con la aplicación de aire caliente para conformar hojas y rollos de material “nuevo”.
Me gusta pensar que en estas hojas de material se conjugan desechos de la cosecha en el campo y desechos de la comercialización en las ciudades. Abarcando en una línea narrativa el trayecto de los frutos que consumimos. No es de celebrarse, pero ahí está. Cada vida que tiene el plástico le da historia.
Así es como he podido definir el material con el que diseño accesorios y mobiliario, desarrollando una tecnología particular para lo que va exigiendo la técnica y la evolución del producto.
Y más recientemente he podido cerrar el ciclo de procesamiento por medio del diseño de una escenografía elaborada 100% con plástico de desecho reasignado. La muestra de danza Butoh de Sandra Soto se llama U Qux Uleu, Corazon de la tierra, capítulo del Popol Vuh que narra el proceso de creación de la tierra en nuestro planeta.
Al día de hoy queda abierto el portal de Bolsas Bolsón donde se pueden adquirir los primeros modelos resultado de este proceso. Si te interesa apoyarlo, visítalo.
TEXTO: Norberto Miranda para la PAD Jalisco
Fecha de Publicación: Jueves 09/12 2021
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