Con el nombramiento de Cecilia López como nueva Ministra de Agricultura durante la próxima gobernanza de Gustavo Petro, varias apreciaciones han suscitado dentro de la agenda nacional en relación con el fortalecimiento del campo colombiano. 

Luego de haber ocupado este cargo en 1996 durante el gobierno de Ernesto Samper, López aseguró que “este ministerio será diferente” y se refirió a los cambios que planea para esta cartera.

Aseguró que le “honra profundamente su encargo para dirigir uno de los grandes pilares de su propuesta: el campo colombiano”. A su vez, afirmó que una vez inicie el próximo gobierno el 7 de agosto, empezará a tramitar una reforma agraria.

“Va a haber reforma agraria, pero consiste en algo muy diferente a lo que aterroriza a la gente. La reforma agraria consiste en comprar tierras que no se están utilizando, el Gobierno las compra y las distribuye a aquellos sectores que pueden producir inmediatamente. Aquí no se va a expropiar ni un ápice de tierra. Será un ministerio más transversal y con unas metas muy concretas”, puntualizó.

A su vez, López afirmó que la reforma consistiría en comprar tierras más no expropiarlas, además, se refirió al catastro multipropósito. “Ese catastro obliga a los grandes poseedores de tierras, o se vuelven productivos, pagan impuestos o venden al Estado la tierra, ese es el tipo de reforma agraria que se hará”.

Vías, insumos y algo más

EL NUEVO DÍA contactó a varias asociaciones campesinas para conocer, en primera instancia, las dificultades que han debido afrontar durante los últimos 7 meses, amén de indagar en sus apreciaciones frente a los retos que debería asumir la nueva reforma agraria.

La Asociación de Productos Agropecuarios del Tolima, Asocasurt, tiene su sede en el municipio de Ataco. Dedicados al cultivo y cosecha de cafetales, el consorcio campesino indicó que, a la fecha, el pronóstico económico se mantiene algo dispendioso.

“Todo está costoso y los insumos son inconseguibles. Las vías también están acabadas, por lo que también es difícil sacar los productos. Se espera que por parte del gobierno entrante se trabaje en el tema de los insumos y que dispongan maquinaria para el mantenimiento de las vías”, señaló Giovanni López, miembro de la asociación. 

Además, el asociado indicó que a pesar de la escasez del producto, la carga se vende a buen precio. “Una hectárea de café está produciendo quince cargas que se pueden vender a 17 millones de pesos, pero también se debe comprar la ‘abonada’ y la mano de obra, por lo que tampoco está quedando buena ganancia. La gente vive del café porque acá no hay una empresa o entidad pública que promueva otro tipo de cultivos o que incentive el tema comercial”.

Flor Sierra, presidenta de la Asociación de Arracacheros de Cajamarca y Anaime (Asoarracachos), indicó que la producción de la arracacha está bien encaminada a pesar de las precipitaciones y las difíciles ‘trochas’ rurales. 

En referencia a los insumos, Sierra acotó que los asociados están en transición al uso de abonos y compostajes orgánicos. “Con proyectos de soberanía alimentaria, en Asoarracachos tratamos de hacer una biofábrica para poder producir nuestros abonos para sacar nuestros lotes orgánicos y así minimizar los altos costos que tiene la producción de arracacha. Los abonos que usualmente usábamos están a 240 mil pesos por bulto, cuando anteriormente se conseguía a 80 mil”, apuntó. 

En referencia a los retos de la nueva Ministra de Agricultura, argumentó que: “Las políticas públicas se realizan y a los productores siempre los ‘dejan por fuera’. Creemos que el tema de la comercialización es importante, ya que con los intermediarios no es posible fortalecer los emprendimientos locales o formar nuevas empresas. Muchos agricultores sueñan con que los productos se ‘transformen’ en el mismo municipio porque, crear empresa es mejorar la generación de empleo y la calidad de vida de una región”.

Y añadió: “Cajamarca, a diferencia de otros municipios de Colombia que producen arracacha, tiene la dificultad de que la mayoría de sus cultivos se gestan en laderas, por lo que es imposible hacer uso de grandes máquinas. El campesino solo tiene el azadón, por lo que es importante fortalecer la industria local y vender su producto para hacer la economía más próspera”.

Asolandes, asociación agropecuaria especializada en frutas y hortalizas de Fresno, dedica sus esfuerzos al cultivo de café, aguacate y plátano. También maneja cultivo alternos como frijol, hortalizas y cilantro.

Wilson Bustos, asociado del ‘consorcio agropecuario’, expuso que “los insumos están muy costosos y el invierno ha afectado a la producción de forma indescriptible en el norte del Tolima. Es tal el ‘apuro’ que varios productores contemplan la posibilidad de abandonar el campo”.

Y apuntó que: “Es necesario que las próximas reformas busquen reducir los intermediarios para la venta de todos los productos, fortaleciendo la creación de emprendimientos y que el mismo agricultor se convierta en un exportador directo. A su vez, también es necesario trabajar en reducir el precio de los productos agroquímicos porque uno invierte cierta cantidad de dinero y la ganancia no alcanza para comprar la misma cantidad de insumos”.

La Alianza Zakatin, ubicada en Planadas, ‘abandera’ a asociaciones como Asprocopab (panela), Ascoffekatin (café), Asoagromukatin (mujeres productoras de planadas) y Aguakatin (aguacate), funciona en un mismo espacio para aminorar los costos de producción y ‘jalonar’ todos los procesos a la vez, como indicó su gerente, Orlando Durán. 

“La extracción de los productos tiene un problema de nunca acabar. Las vías terciarias, en su gran mayoría, están colapsadas. El costo de los insumos también es un problema álgido. Dentro de los procesos que hemos adelantado, los productores se han empoderado del tema orgánico”, añadió Durán.

¿Y la Reforma Rural Integral?

Con la ejecución del Acuerdo de Paz en los municipios articulados con el Plan de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), Orlando Durán señaló que es necesario reestructurar este estamento desde el próximo gobierno presidencial. 

“Tenemos seguridad en que se reactivará la Reforma Rural Integral. Para nadie es un secreto que todo el proceso de paz se ha entorpecido. Somos un municipio Pdet y colocamos la esperanza en esa hoja de ruta. Con la voluntad de la nueva ministra Cecilia López, esperamos que se reactive y que desde la cabeza se puedan abrir empresas que producen insumos a nivel nacional”, precisó. 

Y apostilló: “La esperanza está en que no dejen la ejecución de los Pdet en manos de las administraciones municipales. Se creó una hoja de ruta, pero como no habían recursos o eran utilizados para otras cosas, dejaron la responsabilidad a los municipios a través de políticas públicas, pretendiendo con el mismo presupuesto municipal sacar adelante todas estas iniciativas. Un municipio como Planadas, que es de sexta categoría, jamás tendrá la capacidad financiera para ejecutar dichos proyectos. El Gobierno debe rescatar las bolsas para financiar esos proyectos y, a su vez, considerar el manejo de las Pdet por parte de asociaciones o entidades que estén en la capacidad administrativa de asumirlas”. 

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