El mundo financiero vinculado al entorno tecnológico está expandiéndose a pasos agigantados. Según el informe de Inclusión Financiera del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en junio de 2021 se alcanzó un récord de más de 8,5 operaciones por adulto con medios electrónicos de pago, como tarjetas de débito y crédito o transferencias digitales. Frente al mismo periodo del 2020, el total de operaciones creció un 40 por ciento.
Además, en mayo de 2019 por cada 100 extracciones de efectivo se hacían 169 operaciones de pagos electrónicos, mientras que en mayo de 2020 pasaron a 221 y en mayo de 2021 alcanzaron las 310. En tanto, los pagos con billeteras digitales mediante códigos QR aumentaron un 136 por ciento en cantidad y un 140 por ciento en montos reales en 2021 en comparación con los valores promedio de 2019 y 2020.
No obstante, este avance sigue ubicándose dentro del ecosistema de las finanzas convencionales, compuesto por instituciones financieras, como bancos, bolsas y brókers, que permite prestar y recibir prestado dinero e intercambiar activos financieros, entre otras actividades más sofisticadas, con la participación activa, y esencial de una contraparte central.
El verdadero cambio llegaría de la mano de las finanzas descentralizadas (DeFi, en inglés), que incluye la utilización de la cadena de bloques (blockchain, en inglés) y otros procesos informáticos que se espera que revolucionen al sector.
Para Iñaki Apezteguia, cofundador de Crossing Capital y especialista en el ecosistema blockchain, las finanzas descentralizadas son un "circuito" de productos financieros que utilizan esta nueva tecnología y otras como la criptografía, los algoritmos de consenso, los sistemas de pares (peer to peer) y los contratos inteligentes (smart contracts) para no tener que depender de una entidad central como las que predominan en el entorno financiero convencional.
Esto solo es posible mediante la utilización de aplicaciones descentralizadas (DApps), que no son más que programas que no dependen de una única contraparte que interactúa con un servidor central, como lo hacen en la actualidad WhatsApp, Instagram, YouTube, Twitter y prácticamente cualquier aplicación convencional.
"Al no existir una empresa, una entidad central, que tenga que verificar el envío o la generación de transacciones, cada uno de los usuarios de las DApps actúa como un nodo de una red descentralizada de transacciones", explica Apezteguia. "Entonces, de esa manera, se verifica y se asegura que las transacciones que se hacen a través de esas DApps son genuinas, originales, todo en un entorno sumamente privado", menciona.
Por su parte, Marcelo Cavazzoli, cofundador y actual director ejecutivo de Lemon Cash, una startup argentina dedica a las criptomonedas, enfatiza que "todas estas DApps tienen la capacidad de interactuar entre sí, formando una especie de, como se lo conoce en la industria, ‘Lego' de dinero".
Asimismo, Federico Ast, creador y director ejecutivo de Kleros, la compañía detrás del protocolo de resolución de conflictos en línea basado en blockchain, señala que lo que hace DeFi es tratar de que los procesos financieros como el intercambio de activos y dinero y los préstamos "se encuentren automatizados en una blockchain mediante una serie de reglas de negocio que dicen cómo va a hacerse todo el funcionamiento de estos mercados".
En este marco, indica que "no hay enteramente un equipo, una empresa, que esté por detrás, ya que este software conecta de manera directa a las partes que entran en la transacción".
A simple vista, podría parecer que las finanzas descentralizadas no aportan mucho más que un cambio informático, sin embargo, la correcta implementación podría impactar de forma muy positiva en la economía de la sociedad.
En primer lugar, Cavazzoli remarca que todas las operaciones y las transferencias de valor que se realizan en el entorno DeFi son públicas y verificables, lo que otorga una "transparencia sin precedentes", la cual se traduce en una alta seguridad y confiabilidad.
En este marco, Apezteguia sostiene que el hecho de que los intercambios sean visibles y queden expuestos permite que cualquier usuario pueda verificarlos en una misma base de datos que los interpreta de forma encriptada. Además, solo se dan a conocer las direcciones públicas en las cuales están alojados los activos que están siendo parte de cada transacción, por lo que las partes mantienen su privacidad.
Por otra parte, al tratarse de una sólida construcción de códigos informáticos que automatizan las operatorias, los riesgos solo se encuentran en los fallos o vulnerabilidades, pero no en el sistema en sí, lo que garantiza la efectividad de los intercambios. Asimismo, al contar con una alta interoperabilidad y prescindir de los intermediarios financieros, el ecosistema es sumamente eficiente.
"Cualquier persona con acceso a un celular o computadora puede formar parte de esta nueva economía descentralizada. No hay un organismo centralizado que apruebe o no a un usuario a la hora de entrar a operar", subraya Cavazzoli.
La capacidad de traspasar fronteras que brinda DeFi se vincula con la inexistencia de contrapartes centrales que se encuentran atadas a las normas y leyes de cada región, así como también a los sistemas propios que deben utilizar.
"Si yo tengo una conexión a internet y me formé en cómo funcionan estas cosas, yo puedo usar cualquier aplicación de estas sin que nadie me pueda censurar y en igualdad de condiciones que la persona que está en Nueva York, Londres, Singapur o en cualquier centro financiero internacional", detalla el experto haciendo referencia a que no es necesario estar en una zona privilegiada porque las DApps son globales.
En concreto, el gran cambio que supone la llegada de las finanzas descentralizadas es la mayor inclusión financiera que se dará en el mundo. En este sentido, Federico Ast apunta que "este potencial de inclusión que tiene DeFi es espectacular y da oportunidades de participar en el sistema financiero a todo el mundo, literalmente".
Para demostrar prácticamente el potencial de DeFi, el emprendedor detrás de Kleros expone algunos casos del día a día: "Un hombre que está en la Argentina y no tiene acceso a ninguna herramienta de inversión y hoy en día le sobran algunos dólares, en lugar de ponerlos en el colchón, los puede colocar en una aplicación de lending (préstamos) y así comenzar a cobrar por su depósito o puede empezar a hacer compraventa de criptoactivos e invertir en proyectos diferentes".
En cuanto al sistema de préstamos descentralizados, Iñaki Apezteguia explica que el funcionamiento es estructuralmente sencillo, ya que lo que hace la tecnología blockchain es verificar que la billetera del prestatario tenga tokens que no van a enviarse a otro lado, sino que estarán alojados como garantía para obtener el capital. Entonces, indica, el prestamista otorga sus fondos a cambio de un interés. Similar a la caución bursátil, pero sin intermediarios y con criptoactivos.
Por otra parte, Marcelo Cavazzoli expresa: "En el día a día, se puede pagar en un supermercado con una moneda emitida por privados o se puede sacar un préstamo para poder cambiar el auto sin tener que acudir a un banco. Estos son algunos de los ejemplos más comunes que hoy en día ya se pueden hacer, pero que en los próximos años van a ser algo común".
A pesar de su potencial, en los tiempos que corren, el ecosistema de las finanzas descentralizadas no es perfecto. Por un lado, las aplicaciones todavía son nuevas y tienen mucho recorrido de mejora y optimización por delante, principalmente porque las interfaces deben ser aún más intuitivas para el usuario promedio. En palabras de Ast, "todavía hay que estar dentro del mundo cripto para usar estas herramientas y no están al alcance de todo el mundo".
En cuanto al poco tiempo de desarrollo, Cavazzoli añade: "Hay que tener en cuenta que es una tecnología que, si bien se viene robusteciendo y creciendo un montón en los últimos años, sigue siendo relativamente nueva. El riesgo de que se encuentre alguna vulnerabilidad en el código de un smart contract existe y es por eso que es muy importante operar en aquellos protocolos que hayan tenido auditoría de seguridad o que lleven activos ya varios años y hayan demostrado cierta robustez".
Además, los costos de transacción tienen que reducirse algo más para que la masificación de DeFi finalmente se concrete, ya que Ethereum, la principal red utilizada en el campo, aún es algo cara, a pesar de que su próxima actualización, Ethereum 2.0, se encamine a solucionar este inconveniente.
Para Iñaki Apezteguia, de la firma Crossing Capital, el costo de la famosa red "es uno de los talones de Aquiles de ahora porque el grueso de los instrumentos de DeFi está desarrollado sobre Ethereum". No obstante, el experto también sostiene que, por este mismo motivo, surgieron otras redes, como Solana, Polygon, Polkadot, Terra, Avalanche, BNB Chain y Fantom, las cuales "buscan resolver más eficientemente lo que hace Ethereum", aunque "no dejan de ser proyectos muchísimos más nuevos que necesitan también madurar".
Por último, otra de las desventajas actuales (y probablemente futuras) del entorno DeFi es que hay que ser muy cuidadosos con la seguridad, ya que no habrá un centro de atención al cliente si se pierden las claves o códigos que permiten el acceso al capital propio.
"Ser dueño de tu dinero es una gran noticia, pero también conlleva una gran responsabilidad. En DeFi no hay a quién reclamarle si le enviaste dinero a una persona equivocada o si perdiste la contraseña de acceso a tu billetera", sentencia Cavazzoli.
De todas formas, pese a estos inconvenientes, las finanzas descentralizadas tienen un atractivo futuro por delante y apuntan a camuflarse en la sociedad como una herramienta más de las miles que usan las personas para tener una mejor calidad de vida.
Al respecto, Cavazzoli, la mente detrás de Lemon Cash, pronostica: "Veo a este ecosistema siendo algo común entre todos nosotros, como lo es internet hoy en día. Nadie se cuestiona cómo funciona o qué es, simplemente lo usamos porque nos hace la vida más fácil. Las criptomonedas y el ecosistema DeFi nos hacen la vida más fácil, y a la larga va a terminar penetrando en todos los niveles de la sociedad".
Acompañando la visión optimista, el director de Kleros agrega: "En el futuro, realmente la gente no sabrá que va a estar usando DeFi, cada uno usará su aplicación y detrás la estructura será DeFi, cripto, peer to peer, pero la gente no sabrá así como no sabemos cómo funciona el Android que tenemos detrás en el teléfono".
"Más gente de todo el mundo va a poder ser parte del sistema financiero como nunca. El sueño de un mercado financiero global, integrado, en el cual se puedan hacer pagos en cualquier lugar a costos bajos, comprar y vender toda clase de activos o usarlos de garantía para créditos. Integración total", especifica el empresario.
Y concluye: "Si quiero lanzar un puesto de venta de panchos y necesito un crédito de US$ 1000, seguramente hoy un banco no me lo va a dar, no existe, pero en una aplicación de DeFi de estas seguramente sí vas a poder acceder a créditos de montos pequeños".
El texto original de esta nota fue publicado en el número 341 de la revista Apertura